El cierre anual contable es una de las actividades más importantes en el año fiscal chileno, ya que la información que proporciona te permitirá conocer los resultados contables y financieros de tu empresa durante ese periodo de tiempo. En consecuencia, podrás tomar las decisiones pertinentes para el próximo ciclo fiscal.
Por ello, conviene que sepas los pormenores en torno al cierre anual contable, desde su definición básica, pasando por cómo se hace, hasta algunos consejos para llevar a cabo esta actividad con éxito.
Se trata de un procedimiento contable mediante el cual deberás reportar el cierre de las actividades de índole fiscal que tu empresa ha realizado durante un año. El objetivo principal de esta actividad es esclarecer de manera exhaustiva y precisa los resultados contables y financieros del periodo en cuestión.
Para ello, es común dejar en cero cada cuenta con resultados y, posteriormente, proceder a registrar las operaciones del nuevo ejercicio fiscal próximo a comenzar.
Todo reporte de este tipo desglosa elementos que serán de suma importancia para el cálculo de las ganancias anuales y, a partir de ello, establecer la cantidad de impuestos que han de pagarse. Estos se dividen en dos tipos de cuentas a saber:
Te recomendamos que mantengas cierto orden a la hora de realizar esta actividad para evitar posibles descuadres que afecten al futuro de la compañía.
Aunque el procedimiento llega a ser un tanto complejo, es posible resumirlo en una serie de pasos que te facilitarán esta labor:
En este primer paso, deberás conjuntar todas las cuentas de la empresa y verificar que, a la fecha de cierre de actividades, cada uno de los saldos se encuentren cuadrados. Esto quiere decir que lo que se reportó como gasto y como ingreso concuerde con la información arrojada en estas cuentas.
Esto significa reclasificar aquellas cuentas que se encuentren categorizadas erróneamente. Recuerda que estas deben clasificarse de acuerdo a la naturaleza correcta de sus saldos. Estas pudieran representar ganancias, deudas, o bien, pérdidas.
Este paso puede resultar ser el más tedioso. No obstante, es el mejor para poder detectar operaciones no contabilizadas y es un procedimiento efectivo que ayuda a corregir, o en su defecto, a reducir los errores contables.
Con miras en el nuevo periodo fiscal que se aproxima, es conveniente que reclasifiques las deudas en tres categorías esenciales. Dichas categorías serán corto, mediano y largo plazo. Toma como punto de partida que las de mediano plazo son aquellas que tienen una duración cercana a un año. Por su parte, las de corto serán aquellas que no lleguen a medio año y las de largo plazo aquellas que sobrepasen dicho año. (En este punto siempre se toman en cuentas la de corto y largo plazo, que en nuestra contabilidad son deudas de corto plazo 1 año y de largo plazo más de 1 año)
La antesala al cierre, y por ende, es de suma importancia efectuarlo de manera precisa. Deberás revisar las cuentas relacionadas con provisiones para riesgos y gastos (las provisiones no son aceptadas, puede reemplazarse por depreciación) amortizaciones, ajustes por periodos, existencias y movilizados. Una vez hecho esto, procederás al cálculo de esos estados de cuenta y obtendrás un balance general de todos estos.
Esto se refiere a obtener estados de cuenta bancarios de las deudas, ingresos y, si las hay, de inversiones. Esta información servirá de respaldo a tu trabajo y permitirá que se pueda cotejar más fácilmente cualquier movimiento financiero que se haya hecho previo al cierre.
En este último paso, deberás redactar un informe financiero que desglose de manera ordenada el estado general de la empresa. Podría ser de mucha utilidad que clasifiques de forma general todos los estados de cuenta y movimientos financieros en dos columnas o espacios delimitados. Es decir, pérdidas y ganancias.
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Esta actividad contable tiene como objetivo principal el determinar hasta qué punto la empresa ha tenido pérdidas y ganancias dentro de su ejercicio económico de un año. A partir de este, se derivan otros como:
Estos objetivos clarifican el camino a seguir en el proceso de la toma de decisiones, siendo también el nexo que une a la parte directiva de la empresa con el área contable de la misma.
El cierre contable al final del año permite a los directivos verificar que no exista información descuadrada, además de aportar datos detallados de las operaciones efectuadas. Esto generará una visión muy útil de la situación financiera que se vive en la empresa y servirá para llevar un registro histórico de los avances y retrocesos en sus logros financieros.
Te recomendamos llevar a cabo esta serie de pasos para obtener los mejores resultados al efectuar un cierre contable al final del año fiscal:
Como puedes observar, el proceso requiere llevar un control estricto de los gastos e ingresos que tiene una empresa durante el periodo a analizar. Esta tarea se simplifica mientras más ordenada y apegada a la realidad se encuentre dicha información.