iva
¿Sabes qué es el IVA? Se trata de un concepto impositivo que deberás tener en cuenta a la hora de realizar alguna transacción. Descubre todo sobre este impuesto en el territorio chileno.
Se trata de las siglas correspondientes al Impuesto al Valor Agregado, un dinero que todos los chilenos deben pagar al momento de comprar un bien mueble o inmueble, pero también un servicio. Seguramente, estarás acostumbrado a verlo en una factura, ya sea en papel o electrónica, pero no siempre supiste cuánto representa.
La cantidad dependerá de cada país, pero en el caso de Chile supone un 19 % del total de la transacción . Este impuesto se aplica en toda aquella venta de productos o servicios que sea mayor a los 180 pesos chilenos, por lo que deberás tenerlo en cuenta a la hora de sumar ese recargo sobre el valor total de lo adquirido.
Uno de los puntos que necesitas tener en cuenta es que este monto no lo paga el productor o el vendedor, sino el consumidor final. Si bien no estamos acostumbrados a revisar las facturas, todos los productos tienen un pago de IVA que determina el precio final que adquieres en el supermercado, por ejemplo.
Gracias al impuesto al valor agregado IVA, el gobierno puede financiar determinadas acciones estatales. Por ejemplo, las obras públicas, los eventos culturales o los presupuestos de salud y educación. Al ser una obligación impositiva, todos los comercios que paguen impuestos aplicarán el IVA a cada uno de los productos que comercialicen.
Hay muchos usos que se aplican en el IVA. Sin embargo, para comprender el margen de pérdidas que puede suponer para el consumidor, podemos dar un ejemplo de una compra que no se da todos los días: un televisor de alta calidad. Por ejemplo, el valor final de un modelo Full HD puede ser de unos 400 mil pesos? ¿pero cuánto de ello corresponde al IVA?
Pues bien, cuando revisamos el ticket, observaremos que 76 mil pesos corresponden únicamente a este impuesto. Es decir, en caso de no existir, el coste del producto sería de 324 mil pesos. El vendedor siempre tiene que declarar la venta con su respectivo impuesto, con el objetivo de que esa cifra llegue a manos del Estado y este le devuelva el impuesto que los proveedores le cobraron.
Esto tiene una explicación: el impuesto es abonado únicamente por el consumidor final, pero tiene que cobrarse en las transacciones anteriores. Es decir, el proveedor se lo cobra al vendedor, que luego se lo cobra al cliente. De esta manera, el gobierno se hace cargo de que el comerciante no tenga que asumir el impuesto al devolverle el monto previamente pagado, pues no acaba siendo el consumidor final.
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En la misma línea que lo anterior, debemos comprender que se trata de un tributo de carácter indirecto. Esto significa que el Estado cobra sobre las acciones de compra de los contribuyentes, puesto que, a diferencia de los directos, no grava las riquezas en términos patrimoniales, sino sobre las transacciones comerciales del día a día.
Asimismo, se trata de un impuesto de retención: cuando el vendedor emite una boleta, cobra el IVA para retenerlo y entregarlo a las entidades fiscales. Es decir, se vuelve «intermediario» del consumidor final y del propio Estado, algo que se relaciona con lo que explicamos anteriormente, al decir que se le devuelve el importe pagado.
Si te preguntabas si el IVA era un impuesto progresivo o regresivo, debes saber que se trata de esto último. Como no existe una relación entre la tarifa pagada y la capacidad económica que tiene el contribuyente, puesto que es un porcentaje fijo que se aplica sobre el producto adquirido, no importa el poder adquisitivo: todos deben pagarlo por igual.
Si te preguntabas por qué también los comerciantes tienen que pagar el 19 % del IVA, pese a que luego este dinero se les retribuye, debes saber que se trata de un mecanismo para prevenir el lavado de dinero o las evasiones impositivas. Es decir, al mediar entre el productor y el consumidor, el Impuesto al Valor Agregado permite corroborar que el circuito productivo se cumpla.
Esto ocurre a través de distintos documentos, como puede ocurrir con las boletas o las facturas. A continuación, la diferencia entre cada una:
Cabe destacar que debe hacerse una declaración impositiva mensual, conocidas como la F29 y la F50, que se puede abonar de distintas maneras:
Es importante mencionar que se puede postergar el pago del IVA hasta dos meses después de la cancelación, pero siempre que se cumplan los requisitos. En el caso contrario, tendrás que asumir intereses e incluso multas, por lo que la cifra aumentará a lo que habías pagado anteriormente y lo que se te devolverá.
Como pudiste ver, el IVA es un requisito fiscal dentro del territorio chileno. Conocerlo es importante para cumplir con todo lo que pide la ley. ¡Esperamos haberte ayudado!